viernes, 18 de septiembre de 2015

Parte 13(A): FALSIFICANDO El NOMBRE DEL FARAÓN: "SIN JEROGLIFICOS" (Escalera al Cielo)











Escalera al Cielo (segundo libro).
Parte 13(A): Falsificando el Nombre del Faraón: "Sin Jeroglíficos".
ZECHARIA SITCHIN
1980, Nueva York, USA.







*la parte 13 se divide en dos secciones... ésta es la primera.


La falsificación como medio de alcanzar fama y fortuna no es un hecho raro en el comercio y en los artes, la ciencia y reliquias de la Antigüedad. 

Cuando se descubre, la falsificación puede redundar en pérdidas y vergüenza. 

Cuando no es sancionada, ella puede alterar los registros de la Historia.

Un caso de falsificación, creo, aconteció con La Gran Pirámide y su supuesto constructor, el faraón llamado Khufu.

El reexamen arqueológico sistemático y disciplinado de las casas de campo arqueológicas en el área de Gizeh, que fueron apresuradamente excavados hace un siglo y medio, muchas veces por simples cazadores de tesoros, viene levantando incontables cuestiones relacionadas con algunas de las conclusiones anteriormente aceptadas. 

Se afirma que la Era de las Pirámides comenzó con la pirámide en escalones de Djoser <Zoser> y que hubo una progresión sucesiva hasta llegar, finalmente, a una pirámide "verdadera". 




Pero, ¿por qué sería tan importante la conquista de una pirámide de caras lisas? 

Si el arte de las pirámides fue mejorándose con el pasar del tiempo, ¿por qué las posteriores a las de Gizeh eran inferiores, y no mejores, a ella?

¿La pirámide de Djoser <Dyeser> habría sido el modelo para las otras o era una copia de algo ya existente?


Dinastía III (cartuchos, lista real de Abidos)
15- Sanajt (Nebka)
16- Dyeser (Zoser o Necherjet), Pirámide escalonada de Saqqara.
17- Sejemjet (Dyeser-teti)
18- Jaba (Sedyes)
??- Nebkara (Neferkara, ¿Jaba?)
19- Huny (Qa-hedyet)





Los estudiosos creen que la primera pirámide en escalones que Imhotep (el arquitecto) construyó sobre la mastaba "tenía un revestimiento de bellas piedras calizas blancas", como escribe Ahmed Fakhry en The Pyramids, añadiendo: "Sin embargo, antes de que el revestimiento quedase terminado, Imhotep planeó una nueva alteración, la superposición de una pirámide mayor".





Pero, como sugieren nuevos indicios, aún esa segunda pirámide estaba también revestida para quedar "verdadera", o sea, de caras lisas. 

Una misión arqueológica de la Universidad de Harvard, dirigida por George Reisner, descubrió que ese revestimiento era de ladrillos de arcilla, que, es claro, inmediatamente se deshicieron con la intemperie, dejando la impresión de que Imhotep construyó una pirámide en escalones. 

Además de eso, otros equipos arqueológicos descubrieron que el revestimiento era encalado para imitar la piedra caliza blanca.

¿A quién intentaba imitar Djoser? 

¿Donde él vio una pirámide verdadera ya erigida y completa, con las caras lisas y el revestimiento pulido? 




Y si, como dice la actual teoría, las tentativas de construir una pirámide lisa, con caras inclinadas en 52 grados, fracasaron y Snefru <Seneferu> tuvo que "hacer trampa", disminuyendo el ángulo a 43 grados, con lo cual aquella es considerada la primera pirámide verdadera, ¿por qué su hijo, Khufu/Kéops, tuvo la idea de erigir una pirámide con el difícil ángulo de 52 grados, lo que supuestamente consiguió sin mayores problemas?



Dinastia IV (cartuchos, lista real de Abidos)
20- Seneferu (Nebmaat)
21- Jufu (Medyedu o Keops), Gran Pirámide de Guiza.
22- Dyedefra (Jeper), Pirámide de Abu Roash, Esfinge de Guiza.
23- Jafra (Userib o Kefrén), Segunda Pirámide de Guiza.
??- Dyedefptah (Dyedefhor)
??- Baefra (Bikeris)
24- Menkaura (Kayet o Micerino), Tercera Pirámide de Guiza.
25- Shepseskaf (Shepseskaf o Shepsejet), un Mastaba al Sur de Saqqara
?? - Dyedefptah (Tamftis)






Si las pirámides de Gizeh fueron sólo pirámides "comunes" en la cadena "una para cada faraón", ¿por qué el hijo de Jufu <Khufu, Keops>, Radedef <Dyedefra>, no construyó la suya próxima de la pirámide de su padre?






Recordémonos de que supuestamente las otras dos no estaban allá, de modo que Radedef <Dyedefra> tenía un gran espacio libre para su obra. 

Y, si los ingenieros y arquitectos de su padre ya habían dominado el arte de la construcción de pirámides, pues habían hecho la Gran Pirámide de Gizeh, ¿por qué no lo ayudaron a construir una tan imponente como la de Khufu <Keops>, en vez de erigir la pirámide muy inferior, que lleva su nombre, y que inmediatamente se deterioró?

Es importante destacar que sólo la Gran Pirámide posee un Pasillo Ascendente, el pasaje que fue encontrado bloqueado con perfección y permaneció escondido hasta el año de 820. 



¿El hecho de que todas las otras pirámides construidas fuera de Gizeh no tuvieran ese pasaje no significaría que todos los que intentaron copiar la Gran Pirámide desconocían la existencia del Pasillo Ascendente?

La ausencia de inscripciones jeroglíficas en las tres pirámides de Gizeh también ha motivado especulaciones. 

Hace un siglo, en "Pyramids, Facts and Fancies", James Bonwick ya indagaba:

"¿Quién puede convencerse de que los egipcios dejarían tan soberbios monumentos sin por lo menos algunos jeroglíficos - ellos, que apreciaban una profusión de inscripciones en todos los tipos de construcciones?" 

Sólo existen dos explicaciones para esa ausencia: las pirámides fueron construías antes del surgimiento de la escritura jeroglífica o no fueron construidas por los egipcios.

Esos son algunos de los puntos que fortalecen mi creencia de que cuando Djoser y sus sucesores iniciaron la costumbre de la construcción de pirámides, ellos intentaban copiar las ya existentes, las pirámides de Gizeh. 

Estas no fueron un resultado del perfeccionamiento de los esfuerzos iniciados por Djoser, sino prototipos que él y los faraones siguientes intentaron imitar.

Algunos estudiosos del pasado sugirieron que las pequeñas pirámides satélites que se encuentran en Gizeh eran en realidad modelos en escala (1:5), usados por los antiguos de la misma forma que los arquitectos de hoy utilizan modelos en escala para evaluación y orientación. 




Actualmente se sabe que ellas fueron adiciones posteriores. 

Sin embargo, creo que hubo un modelo experimental, en tamaño menor, y que él era la Tercera Pirámide, con sus obvios experimentos estructurales. 





Enseguida, fueron construidas las dos mayores, reafirmo, para servir de modelo de orientación para los Anunnaki.

Y cuanto a Menkara <Menkaura o Micerino>, Kefrén y Keops, que, según nos relata Herodoto, ¿fueron los constructores de esas tres pirámides?

Bien, los templos y el camino elevado que va hasta la Tercera Pirámide suministran indicios de que fueron construidos por Menkara, tales como las inscripciones con su nombre y las varias estatuas raras, mostrándolo abrazado por Hathor y otras diosas.

Sin embargo, todo lo que ellos atestiguan es que Menkara mandó erigir esas estructuras secundarias que lo asocian con la pirámide. 

Nada indica que él las construyó. 



Los Anunnaki, es lógico presumir, necesitaban sólo de las montañas artificiales y no construirían templos para adorarse a sí mismos. 

Sólo los faraones necesitaban de templos funerarios y otras estructuras relacionadas con su viaje hasta la morada de los dioses.

Dentro de la Tercera Pirámide propiamente dicha no existe ninguna inscripción, estatua o pintura mural. 

En ella sólo se muestra con austeridad y precisión. 

La única evidencia encontrada en su interior de que ella habría sido construida como un túmulo para Menkara probó ser falsa. 

Los fragmentos de un ataúd de madera donde estaba escrito el nombre del faraón, probados con métodos modernos de datación, muestran que ellos son de una época 2 mil años posterior a la del reinado de Menkara. 

La momia que lo "acompañaba" es del inicio de la era cristiana. 

Por lo tanto, no existe la menor indicación de que Menkara, o cualquiera otro faraón, tuvo algo a ver con la creación y construcción de la Tercera Pirámide.

La Segunda Pirámide también es completamente austera. 

Las estatuas con el cartucho de Chefra (la estructura oval indicando el nombre de un faraón) fueron encontradas sólo en los templos próximos a ella y no existe ningún indicio de que él fue el constructor de la pirámide.

¿Y en cuanto la Khufu (Keops)?

Con una única excepción, que enseguida denunciaré como siendo una probable falsificación, el único indicio de que él construyó la Gran Pirámide es la afirmación de Herodoto (y de un historiador romano, que se basó en su obra). 

Herodoto describe a Khufu como un faraón que esclavizó a su pueblo por treinta años para construir el camino elevado y la pirámide. 

Sin embargo, por medio de otros cálculos, se infiere que ese faraón reinó sólo 28 años. 

Y más, si él era un constructor tan grandioso, bendecido con el auxilio de los mayores arquitectos, ingenieros y albañiles, ¿dónde están sus otros monumentos extraordinarios?, ¿dónde están sus estatuas?

No existe nada parecido y la ausencia de cualquier tipo de ruinas de obras de ese tipo sólo demuestra que Khufu era un constructor común, igual a tantos otros del Antiguo Imperio. 

Creo, sin embargo, que él tuvo una idea brillante. 

Al ver los revestimientos de ladrillos de las pirámides en escalones deshechos, la pirámide desmoronada en Meidum, la inclinación apresurada de la pirámide de Snefru, el ángulo inadecuado de la segunda construida por ese faraón, Khufu tuvo la gran idea. 

Allá, en Gizeh, estaban las pirámides perfectas e inigualables. 

¿Por qué no pedir a los dioses permiso para asociar a una de ellas los templos funerarios necesarios para su viaje para la Otra Vida? 

No habría ninguna intromisión en la santidad de la pirámide en sí. 

Todos los templos construidos por Khufu, inclusive los del valle, donde él probablemente fue enterrado, quedaban del lado de afuera de la Gran Pirámide, próximos de ella, pero sin tocarla. 

Y es a causa de ellos que la construcción de la Gran Pirámide es atribuida a Khufu.

Habiendo sido testigo del fracaso de la pirámide de su antecesor, Radedef, Chefra prefirió usar la solución encontrada por Khufu.

Cuando llegó su hora de necesitar de una pirámide, él no vio ningún mal en apropiarse de la Segunda Pirámide, ya hecha, y la rodeó con sus templos y pirámides-satélites. 

Menkara, su sucesor, lo imitó, conectándose a la última pirámide disponible, la Tercera.

Como las pirámides ya listas habían sido hechas, los faraones siguientes se vieron obligados a conseguir las suyas por el modo más difícil, o sea, intentando construirlas... 

Tal como aconteció con sus antecesores que intentaron esa empresa antes (Djoser, Snefru, Radedef), sus esfuerzos terminaron en copias inferiores de las tres pirámides perfectas originales.

A primera vista, mi afirmación de que Khufu (como Chefra y Menkara) no tuvo nada a ver con la construcción de la pirámide conectada a su nombre puede parecer absurda. Pero no lo es.

La cuestión sobre Khufu como constructor de la Gran Pirámide comenzó a preocupar los egiptólogos serios hace más de un siglo, cuando fue descubierto el único objeto que menciona directamente a ese faraón como estando conectado a la Gran Pirámide. 

Lo más intrigante es que la inscripción en él existente afirma que Khufu no construyó la pirámide, que ella ya existía en la época de su reinado!

Esa prueba contundente es una estela de piedra caliza, descubierta por Auguste Mariette alrededor de 1850, en las ruinas del templo de Isis, cerca de la Gran Pirámide.




La inscripción identifica esa estela como un monumento autolaudatorio, que Khufu mandó erigir para conmemorar la reforma del templo de Isis y restauración de las imágenes y emblemas de los dioses en él existentes, obra hecha bajo sus órdenes. 




Los versos de apertura lo identifican claramente por su cartucho:

Que Viva Horus-Medyed;
rey del Alto y Bajo Egipto,
Khufu <Jufu>, dotado de vida!

Esa overtura común, invocando al dios Horus y pidiendo larga vida para el rey, es seguida de las declaraciones explosivas:

Él encontró <fundó> la casa de Isis,
Dueña de las Pirámides,
Al lado del templo <casa> de Hurun <Esfinge>.




Según la inscripción de la estela que se encuentra en el Museo del Cairo, la Gran Pirámide ya existía cuando Khufu (Keops) entró en escena y ella pertenecía a la diosa Isis, y no al faraón. 

Además de eso, la Esfinge (que ha sido atribuida a Chefra (Kefrén), que la habría construido junto con La Segunda Pirámide) también ya estaba en su actual localización. 

La continuación de la inscripción describe la posición de la Esfinge con gran exactitud y registra que ella fue dañada por un rayo - evento perceptible hasta los días de hoy.

Khufu (Keops), prosigue diciendo, " y construyó una pirámide para la hija real <princesa> Henutsen, al lado de éste templo <de la diosa>". 





Los arqueólogos encontraron pruebas independientes de esa estela, al encontrar, que una de las tres pequeñas pirámides situadas al lado de la Grande, más al sur de ella, era de hecho dedicada a Henutsen, una esposa de Khufu (Keops).

Así, todo lo que está grabado en la estela concuerda con los hechos conocidos y queda bien claro que en ella, el faraón afirma, que sólo construyó la pirámide pequeña. 

La Gran Pirámide y la Esfinge (y, por inferencia, las otras dos) ya estaban allí.

El apoyo a mis teorías se fortalece cuando leemos en otra parte de la estela la inscripción que dice que la Gran Pirámide también era llamada de "La montaña Occidental de Hathor".

él hizo para su madre Isis, madre divina, Hathor,
Dueña "del cielo" (Num = la montaña Occidental),
inventario alojado <esta inscripción> en (una) estela.
Él presentó <le hizo> para ella ofrendas divinas <sagradas> de nuevo.
y construyó su templo <casa> de piedra,
y nuevamente encontró <Renovó>  éstos dioses en su lugar <templo>.

Hathor, debemos recordar, era la señora de la península del Sinaí.

Así, si la Gran Pirámide era "la montaña Occidental de Hathor", tenía que existir una montaña Oriental - el pico más alto de la península - y ambas funcionaban como marcas geográficas del corredor de Aterrizaje de los dioses.

Esa "Estela del Inventario", como ella vino a ser conocida, tiene todas las señales de autenticidad.

Sin embargo, los estudiosos de la época de su descubrimiento y muchos otros desde entonces se mostraron incapaces de ajustarse a las ineludibles conclusiones que deben ser extraídas de ella. 

No deseando desbalancear toda la estructura del estudio de las pirámides, ellos la proclamaron como siendo una falsificación, una inscripción hecha "mucho después de la muerte de Khufu (Keops)" (para citar a Selim Hassan en "Excavations at Giza"), invocando su nombre "para apoyar alguna afirmación ficticia de los sacerdotes locales".

James H. Breasted, cuya obra "Ancient Records of Egypt" es el trabajo guía sobre las antiguas inscripciones, escribió en 1906 que, "las referencias a la Esfinge y al templo situado al lado de ella, en la época de Khufu (Kepos), hicieron ese monumento (la estela), desde el inicio, objeto de gran interés. Ellas serían de máxima importancia si el monumento fuera contemporáneo de Khufu (Keops); sin embargo, las pruebas ortográficas que la sitúan en una fecha posterior son enteramente conclusivas". 

Breasted discordaba de Gaston Maspero, el más afamado egiptólogo de la época, que había afirmado que la estela, aunque tuviera una ortografía posterior a la usada en el tiempo de Khufu, era copia de un original más antigua y auténtica. 

A pesar de sus dudas, Breasted incluyó la estela entre los registros de la 4ª. Dinastía. 

Maspero, cuando escribió su amplia obra "The Dawn of Civilization", en 1920, aceptó el contenido de la estela como un dato factual sobre la vida y las actividades de Khufu.

Pero, ¿por qué tanta renuencia en aceptar esa pieza como auténtica?

La Estela del Inventario fue sancionada como una falsificación porque sólo una década antes de su descubrimiento la identificación de Khufu como constructor de la Gran Pirámide parecía haber sido inequívocamente establecida. 

Esas pruebas, aceptadas como concluyentes, eran inscripciones hechas en tinta roja, encontradas en pequeños compartimentos descubiertos sobre la cámara del Rey, que fueron interpretadas como marcas hechas en las canteras, durante la extracción de los bloques, o por los albañiles, durante la construcción de la obra, en el 182º año del reino de Khufu.




Como esos compartimentos estaban herméticamente cerrados, jamás habiendo sido penetrados hasta su descubrimiento en 1837, las 324 marcas sólo podrían ser auténticas y, por lo tanto, La Estela del Inventario tenía que ser una falsificación.




Sin embargo, cuando analizamos minuciosamente las circunstancias en que aparecieron las marcas en tinta roja y quienes fueron sus descubridores - una investigación que nunca nadie se preocupó en hacer -, la conclusión que emerge es la siguiente: si hubo una falsificación, ella no aconteció en la Antigüedad, sino en el año de 1837. 

Y los falsificadores no fueron "algunos sacerdotes locales", sino dos (o tres) ingleses inescrupulosos.

La historia comienza el 29 de diciembre de 1835, con la llegada a Egipto del coronel Richard Howard Vyse, la "oveja-negra" de una aristocrática familia británica. 




En esa época, otros oficiales del ejército de Su Majestad ya se habían destacado como "anticuarios", como eran llamados los arqueólogos de la época, presentando informes ante las más afamadas sociedades científicas y recibiendo la debida aclamación pública. 

Puede que Vyse haya o no ido a Egipto en busca de fama, el hecho es que al visitar las pirámides de Gizeh él fue inmediatamente arrebatado por la fiebre de los descubrimientos diarios que atacaba a aficionados y académicos. 

Vyse se cautivó en especial con las historias y teorías de un cierto Giovanni Battista Caviglia, que había estado buscando una cámara secreta dentro de la Gran Pirámide.

Pocos días después del encuentro entre los dos hombres, Vyse se ofreció para financiar a Caviglia en sus investigaciones, siempre que fuera citado como co-descubridor. 

Caviglia rechazó la propuesta en el mismo instante y Vyse, ofendido, partió para Beirut a finales de febrero de 1836, con el objetivo de visitar Siria y Asia Menor.

Sin embargo, el largo viaje no fue capaz de aplacar la ambición que había crecido dentro de él. 

En vez de volver a Inglaterra, Vyse desembarcó nuevamente en Egipto en octubre de 1836. 

En su estadía anterior, él había hecho amistad con un ardiloso intermediario llamado J. R. Hill, en esa época superintendente de una metalúrgica. 

En esa segunda visita, Hill lo presentó a un cierto "sr. Sloane", que le confió que existían medios de obtener un firma - un aval - del gobierno egipcio, dando a su poseedor derechos exclusivos de excavación en Gizeh. 

Así orientado, Vyse buscó al cónsul británico, el coronel Campbell, para que lo ayudara a conseguir la documentación necesaria. 

Sin embargo, al recibir la firma, él se llevó una sorpresa al ver que él nombraba a Sloane y a Campbell como "co-autorizados" y designaba Caviglia como supervisor de las obras de excavación. 

El 2 de noviembre de 1836, Vyse, desalentado, pagó a Caviglia "mi primera parte de 200 dólares", como escribió él en sus crónicas, y partió disgustado a una visita al Alto Egipto.

Como es relatado por el propio Vyse en su libro "Operations Carried on at the Pyramids of Gizeh", él volvió a Gizeh el 24 de enero de 1837 "ansioso por ver que adelantos habían sido hechos". 

Sin embargo, constató que Caviglia y sus hombres se dedicaban sólo a excavar las tumbas en torno a la pirámide para retirar las momias. 

La furia del coronel sólo disminuyó cuando el italiano le garantizó que tenía algo de peso para mostrarle: inscripciones hechas por los constructores de las pirámides!

Las excavaciones en las tumbas mostraron que los antiguos canteros, los trabajadores que cortaban los bloques de roca en las canteras, a veces los marcaban con tinta roja. 

Caviglia afirmó que las había encontrado en la base de la Segunda Pirámide. 

Sin embargo, cuando llevó Vyse a verlas y los dos las examinaron más atentamente, vieron que la "tinta roja" no pasaba de manchas naturales en las piedras.

¿Y en cuanto a la Gran Pirámide? 

Caviglia, que trabajaba en su interior con la intención de descubrir hasta adónde iban los "ductos de aire" que salían de la cámara del Rey, se convencía cada vez más de que existían otros compartimentos secretos además del descubierto por Nathaniel Davison inmediatamente por encima de la cámara del Rey en 1765, que eran alcanzados por un pasaje mucho estrecho.

Vyse exigió que los trabajos fueran concentrados allí, pero se quedó bastante frustrado cuando percibió que Caviglia y Campbell estaban más interesados en desenterrar momias y otros objetos deseados por todos los museos del mundo, y que la amistad entre los dos era tanta que el italiano le daría a la gran tumba que descubriría el nombre de "tumba de Campbell".

Decidido a ser la estrella del espectáculo que estaba financiando, Vyse dejó El Cairo, mudándose a un lugar próximo a las pirámides. 

"Naturalmente yo deseaba hacer algunos descubrimientos antes de volver a Inglaterra", confesó él en su diario, el día 27 de enero de 1837. 

Finalmente, estaba lejos de casa y ocasionando grandes gastos su familia hacía más de un año.

Las semanas siguientes, el desentendimiento y las acusaciones contra Caviglia fueron aumentando. 

El 11 de febrero de 1837, los dos tuvieron una discusión violenta. 

El día siguiente, Caviglia hizo importantes descubrimientos en la tumba de Campbell: un sarcófago con jeroglíficos y marcas en tinta roja en las paredes del sepulcro. 

El día 13, Vyse despidió a Caviglia y lo mandó dejar inmediatamente el lugar de las excavaciones. 

Este sólo regresó una única vez, el día 25, para recoger sus pertenencias. 

Los años que siguieron, Caviglia hizo varias "acusaciones descalificadoras" a Vyse, según las palabras del propio coronel, pero cuya naturaleza él evita detallar.

¿Habría sido la pelea un desentendimiento legítimo o Vyse creó una situación insostenible para poder quitar a Caviglia del lugar de las excavaciones?

Acontece que Vyse visitó en secreto la Gran Pirámide en la noche de 12 de febrero, acompañado por John Perring, un ingeniero del Departamento de Obras Públicas de Egipto y diletante en egiptología, a quienes había conocido a través del despierto sr. Hill. 

Los dos examinaron una hendidura intrigante que había surgido en un bloque de granito del techo de la cámara de Davison. 

Cuando metieron una varilla de sauce en el orificio, ella pasó libre, sin doblarse. 

Obviamente había un espacio libre por encima del techo.

¿Que tramaron ellos dos durante aquella visita nocturna?

Podemos adivinarlo por los eventos que siguieron. 

El hecho es que Vyse despidió a Caviglia a la mañana siguiente y colocó a Perring en su nómina. 

En su diario, el coronel confesó: "Estoy decidido a hacer excavaciones por encima del techo de la cámara (de Davison) donde espero encontrar un apartamento sepulcral". 

Mientras él derramaba más dinero y hombres en su empresa, miembros de la realeza y otros dignatarios llegaban a Gizeh para admirar los descubrimientos hechos en la tumba de Campbell, pero había muy poco que ver dentro de la pirámide.

Vyse, frustrado, mandó a sus trabajadores perforar el hombro de la Esfinge, esperando por lo menos encontrar marcas de pedrería en ella. 

No obteniendo éxito, volvió nuevamente su atención a la cámara escondida.

Alrededor de mediados de marzo, Vyse se vio delante de un nuevo problema: sus hombres estaban siendo atraídos hacia proyectos más productivos. 

Él se ofreció, entonces, a doblar sus salarios, siempre que trabajaran día y noche, pues el tiempo estaba escaseando y pronto el permiso de excavación iba a expirar. 

Desesperado, Vyse se olvidó de la cautela y ordenó el uso de explosivos para reventar las piedras que bloqueaban su avance.

En 27 de marzo, los trabajadores consiguieron abrir un agujero en un bloque de granito. 

En una actitud irracional, Vyse despidió a su capataz, un cierto Paulo. 

El día siguiente, escribió en su diario: "Prendí una vela en la punta de una vara y la pasé por el pequeño agujero en el techo de la cámara de Davison; tuve el disgusto de descubrir que el compartimiento superior era igual al primero en construcción". 

Él había encontrado la "cámara sepulcral"

Usando pólvora para ampliar el orificio, Vyse entró en la cámara recién descubierta el 30 de marzo, acompañado por el sr. Hill, y los dos la examinaron minuciosamente. 

Ella estaba herméticamente cerrada, sin ningún tipo de entrada, el piso formado por el lado áspero de los bloques de granito que constituían el techo de la cámara de Davison. 

"Un sedimento negro se distribuía por igual sobre todo el piso, mostrando cada una de nuestras huellas." 

(La naturaleza de ese polvo negro "acumulado con alguna profundidad" jamás fue determinada.) 

El techo estaba "finamente pulido" y tenía encajes de excelente calidad. 

No había dudas de que la cámara nunca había sido visitada antes, pero ella no contenía ni sarcófago ni tesoros.

Estaba completamente vacía y con las paredes desnudas.

Vyse ordenó que el agujero fuera aumentado aún más y envió un mensaje al cónsul británico comunicando que había dado al compartimiento recién descubierto el nombre de "cámara de Wellington".






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